La mirada: el poder de la comunicación no verbal… 2ª parte
Miradas que comunican
La mirada retroalimenta la comunicación. Si nuestro interlocutor
nos mira mientras hablamos, lo podemos interpretar como un signo de interés o
atención. Pero también sabemos que cuando la gente está procesando mensajes
complicados aparta la mirada y mueve los ojos en distintas direcciones,
buscando datos, asociando recuerdos, imágenes, sensaciones, sonidos… Estos
movimientos de los ojos nos dan mucha información sobre los sistemas de
representación de las personas. Son los llamados accesos oculares, estudiados
por la Programación Neurolingüística (PNL).
Obviamente, determinados movimientos oculares como el que pasea
la mirada por toda la sala, el que mantiene la mirada puesta en el reloj,
asociados con una postura hacia atrás o con los brazos doblados, puede
significar que estamos aburriendo soberamente a nuestro interlocutor, o que no
tiene ningún interés en escucharnos.
La mirada también expresa emociones. Paul Ekman, profesor de
psicología de la Universidad de California ha detectado la participación de la
mirada en la configuración de seis emociones básicas: la sorpresa, el miedo, el
enfado, la rabia, la felicidad y la tristeza.
Miradas que dicen más de lo que pensamos
La mirada indica la naturaleza de la relación interpersonal. Se
ha observado en distintas culturas que, generalmente, hay menos contacto
visual, tanto por parte de hombres como de mujeres, hacia interlocutores de
status más bajo. Así mismo, tendemos a mirar más a las personas que nos gustan,
aunque, en algunos casos miramos mucho a aquellos que no nos gustan, es decir,
tenemos tendencia a mirar más a aquellas personas con quienes hemos establecido
buenas relaciones, que nos caen simpáticas, o que han logrado captar nuestra
atención o interés. De esta manera, se consigue una comunicación más persuasiva
por parte del emisor…de miradas.
La mirada es el lenguaje de los ojos; ante una señal de interés
nuestras pupilas se dilatan- midriasis- y, así, consiguen delatarnos. La
timidez, falta de confianza o de habilidades sociales para decir lo que se
desea puede ser expresado de modo que se rehuya la mirada hacia el receptor.Sin
embargo, la seguridad en uno mismo se transmite a través de una mirada firme y
estable.
Una mirada desafiante nos llevará a crear barreras, una mirada
de ternura a ser más sensibles, una mirada sostenida demasiado tiempo nos
intimidará.Es necesario mirar a los ojos, pero lo suficiente como para no
intimidar al otro.De hecho, ¿quién no ha sufrido, alguna vez, una de esas” miradas que matan”? En el
lenguaje coloquial, también son familiares expresiones tales como “me miró con
malos ojos” o “con buenos ojos”; “clavamos la vista en algo o alguien”. El
aprendizaje social indica que la mirada baja se asocia a la modestia o la
sumisión, que hay “miradas limpias” o “turbias”.
Las miradas varían según el marco de referencia, la personalidad
de los que miran o el tema de conversación. La sociedad pauta las miradas: es
de mal gusto mirar fijamente a extraños en lugares públicos.
Información de… https://goo.gl/Uo86Yo
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