¿Sabes por qué es importante revisar la vista de los niños?
Muchas
personas ignoran la relevancia de los exámenes oculares para la buena salud de
los niños en edad escolar.
El
periodo escolar indica el comienzo formal de la educación y también el inicio
de un uso intensificado de la vista. Actividades como leer, escribir y dibujar
se harán de forma muy recurrente y controlada.
En
ocasiones, las dificultades de aprendizaje en los niños se deben a
complicaciones no diagnosticadas de la visión que los adultos ignoran.
Si se
detecta un fallo de visión en la niñez es muy sencillo de corregir, sobre todo
cuando todavía se está en edad escolar.
La
realidad es que muchos de los problemas oculares se desarrollan levemente a
edad temprana y el hecho de no detectarlos a tiempo genera graves
inconvenientes a medio y largo plazo.
Además,
el agravante de este tipo de padecimientos es que casi todos son degenerativos.
La
vigilancia y la prevención de los padres pueden influir decisivamente entre el
uso temporal de lentes correctivos o una intervención quirúrgica en la madurez.
Además,
los problemas en los ojos desfavorecen el proceso educativo de nuestros hijos y
disminuyen su capacidad competitiva en un mundo en el cual las habilidades y la
rapidez son sinónimo de éxito.
Hablamos
de cuadros clínicos que dejan consecuencias sociales y psicológicas.
Si no se
nota ninguna distorsión desde el nacimiento y hasta los tres años, la visita al
oftalmólogo puede esperar incluso hasta los 4 años.
No
obstante, si hay evidencia de un comportamiento irregular, entonces la visita
debe ser considerada como un asunto de urgencia.
A partir
de los 4 o 5 años se puede realizar una visita rutinaria cada dos años, aunque
algunos médicos insisten en que dicha consulta se haga anualmente.
Lo
fundamental es prestar atención a las señales y no abandonar la preocupación
por los ojos de nuestros hijos.
Algunos
estudios han determinado que los aparatos electrónicos como el ordenador y los
smartphones han generado un aumento en los casos de miopía infantil.
El uso
de estos dispositivos supone un nuevo factor de riesgo que debemos tener en
cuenta y que reincide en la importancia de la revisión oftalmológica.
Los
niños con problemas oculares pueden sentirse en situación de desventaja. Leen y
se equivocan, corren y se caen, pero ni ellos mismos saben describir lo que
pasa con sus ojos.
El niño
con miopía o astigmatismo es una víctima del desconocimiento de sus mayores.
También
hay dificultades a la hora de participar en actividades físicas y deportivas.
Calcular cómo patear la pelota o encestarla puede ser un quebradero de cabeza.
Ante
cualquier síntoma es indispensable que acudan con el Oftalmólogo.
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