Síntomas y causas de la Uveítis
El término
uveítis hace referencia a un conjunto de problemas inflamatorios que afectan la
capa media del ojo, que se conoce como úvea.
¿Qué tipos existen?
Uveítis
anterior o iritis. Es la forma más frecuente, y se da cuando la inflamación se
origina en el iris o en el cuerpo ciliar.
Uveítis
intermedia. Hace referencia a la inflamación que afecta principalmente al humor
vítreo o sustancia gelatinosa que contiene el ojo. A veces también se la
denomina vitritis o
parsplanitis.
Uveítis
posterior. Es la inflamación que afecta las capas posteriores del ojo, como la coroides
(coroiditis) o la retina (retinitis). También puede afectar a los vasos
sanguíneos de la retina. Este trastorno recibe el nombre de vasculitis.
Panuveítis es
el término que describe la presencia de inflamación tanto en la parte anterior como
en la posterior del ojo.
¿Cuáles son
sus síntomas?
Los síntomas
dependerán principalmente del tipo de uveítis. No todos los signos y/o síntomas
deben estar presentes a la vez.
Uveítis
anterior. Suele presentar con enrojecimiento, dolor o sensibilidad a la luz e
incluso visión borrosa.
Uveítis
intermedia y posterior. Normalmente no presenta síntomas de dolor a no ser que se
asocien con una uveítis anterior. En la mayoría de casos se aprecia la
presencia de
“moscas
volantes” (puntos negros, telarañas) y pérdida o distorsión de la visión.
Dichos
síntomas pueden aparecer de manera repentina y durar solo unas semanas o pueden
aparecer de forma gradual durante un periodo de varias semanas y durar incluso meses.
La mayoría de
casos de uveítis anterior son agudos y se presentan de manera recurrente, alternándose
con periodos de inactividad entre brotes.
Las causas son
muy variadas.
Autoinmune.
El sistema inmune es un sistema de defensa del organismo frente a patógenos
extraños, como las bacterias o los virus. Cuando el sistema inmunitario falla,
no distingue lo «propio» de lo «extraño» y ataca nuestro propio cuerpo, en este
caso el ojo.
A menudo la
inflamación se limita al ojo, pero puede estar asociada con otros trastornos médicos
autoinmunes. Algunas personas tienen predisposición genética a desarrollar ciertas
enfermedades autoinmunes, lo que a la vez se traduce en un mayor riesgo de desarrollo
de uveítis. Dichas enfermedades incluyen la espondilitis anquilosante, la
colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn o la psoriasis, entre muchas otras.
Infección. Menos
frecuentemente la inflamación está asociada a una infección. Virus, bacterias,
o parásitos pueden acceder al interior de la cavidad ocular y provocar una infección.
Existen algunos virus de herpes que una vez resuelta la infección pueden persistir
y en un momento determinado son capaces de reactivarse y producir un nuevo episodio
inflamatorio.
Traumatismo.
Cualquier traumatismo ocular, incluida la cirugía ocular, puede conducir al desarrollo
de una inflamación.
En
aproximadamente 2 tercios de los pacientes no es posible detectar ninguna causa
específica del desarrollo de la uveítis y, aunque pueda tener un origen
autoinmune, se la considera idiopática o «sin causa conocida».
Acude
regularmente al oftalmólogo.
Información
de https://bit.ly/2CMvTWx
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