¿Por qué los astronautas pierden la vista cuando están en el espacio?
Los astronautas pasan largos periodos de tiempo en el espacio
completando misiones. Esta situación prolongada en estado de gravedad cero
provoca cambios tanto psicológicos como físicos en ellos. Uno de estos cambios
es la pérdida de visión que, después de diversos estudios, parece que al fin se
ha dado con la causa de este problema.
Pasar de una
situación gravitacional normal a una de gravedad cero, sobre todo en largos
periodos de tiempo, pasa factura. Los astronautas que se han visto en estas
circunstancias han podido comprobarlo en primera persona. Los exámenes médicos
realizados por la NASA y otras instituciones cuando los astronautas han vuelto
a la tierra así lo han demostrado también.
Entre los
efectos de la no gravedad destacan la pérdida de masa muscular y densidad ósea,
el detrimento de volumen en la sangre y una pérdida grave de visión. Este
último ha sido un tema que lleva preocupando durante años a los expertos, sobre
todo porque puede convertirse en algo irreversible y limitar futuras misiones
espaciales.
La NASA fue
consciente del problema en el año 2005, al revisar la visión de uno de sus
astronautas, John Phillips. Al realizar un examen médico al profesional, los
expertos detectaron que sus globos oculares se habían vuelto más planos en su
área posterior y que el nervio óptico estaba anormalmente inflamado.
Después de
varios estudios en los que no se conseguía dar con la causa de esta pérdida de
visión en el espacio, los médicos de la NASA empezaron a pensar que algo estaba
aumentando la presión ocular de los astronautas, lo cual provocaba estos graves
daños.
En la
búsqueda del motivo del incremento de la presión ocular, una de las hipótesis
que se barajaron fue la de los fluidos vasculares cambiantes. Esta teoría
surgió al pensar que ciertos fluidos se desplazan desde las piernas del
astronauta hacia el cerebro en una situación de gravedad cero. Este aumento de
líquido en el cerebro sería el causante de una presión no habitual que daría
lugar a la pérdida de visión.
El problema
llegó cuando un estudio posterior, en el que se utilizó un simulador de
ingravidez con sus participantes, demostró que la presión intracraneal en esta
situación no aumentaba, sino que en realidad disminuía.
Continuará…
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