Vemos con el cerebro
Muchas
veces habrás dicho o escuchado que los ojos son las ventanas hacia el mundo,
sin embargo esto no es así a pesar de lo que parece.
Los ojos
son aberturas por las que penetran millones y millones de estímulos, pero la
visión se lleva a cabo, un poquito más arriba, concretamente en el cerebro.
De hecho
tanta es la información que recibimos que sería imposible asimilarlo todo; por
esa razón, nuestro cerebro opta por algo más eficaz, realiza asociaciones entre
los estímulos que le llegan y la información que ya tenemos almacenada en
nuestra memoria.
Todo lo
que vemos es el resultado de un proceso físico, pero también de un proceso
mental.
La
realidad no existe tal y como la percibimos. Es decir, existe un mundo lleno de
estímulos y nosotros somos capaces de capturarlos a través de nuestros sentidos
y transformarlos en nuestra realidad. A este proceso se le conoce como
percepción.
El
cerebro inventa la mayor parte de la realidad.
Cada vez
que recordamos algo, lo extraemos de esa memoria, de ese almacén, de forma
consciente y volvemos a guardar. Cada vez que recordamos cambiamos esa memoria.
No es igual la información que extraemos que la que almacenamos de nuevo.
La
cámara de un móvil tiene mejor resolución que el ojo humano, pero el cerebro
recurre a trucos para lograr una imagen más nítida y detallada aunque menos
fiel.
Cuando
vemos una obra de arte, nuestro cerebro genera millones de asociaciones. El
cerebro está conectado para poder darle sentido a las líneas, colores y
patrones de un cuadro.
Así, los
artistas han jugado a crear formas para crear ilusiones, como la profundidad y
el brillo, que en realidad no están allí, pero hacen que las obras de arte
parezcan más reales.
Información
de… https://bit.ly/2OLrhZb
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