Enfermedades de la Pupila
La pupila constituye la
parte más explorada del ojo; como abertura central del iris regula la cantidad
de luz que pasa al interior del ojo. Normalmente, tiene una forma redonda y
regular y su tamaño es casi idéntico en ambos lados.
El examen pupilar sirve,
ante todo, para detectar anomalías neurológicas que alteran la forma de la
pupila. Los reflejos pupilares comprenden el reflejo fotomotor directo y el
indirecto o reflejo consensuado, que es la respuesta a la luz que incide sobre
el ojo contralateral. La medición del tamaño pupilar en la penumbra mide la
rama motora (eferente) del arco reflejo pupilar; la evaluación de la respuesta
pupilar a la luz directa da una idea de las ramas motora y sensitiva (aferente)
y la prueba de la luz oscilante (prueba del reflejo consensuado) sólo mide las
ramas sensitivas.
Cuando la pupila se
constriñe hasta menos de 2 mm, se habla de miosis, siempre y cuando no se
dilate luego en la oscuridad. Las causas más frecuentes son los colirios
coli-nérgicos y la aplicación de narcóticos por vía sistémica.
Si la pupila se dilata más
de 6 mm, aparece una midria-sis; la pupila no se constriñe con la estimulación
lumínica.
La causa más común son los
colirios tópicos de atropina, los traumatismos y las anomalías del nervio motor
ocular común.
Las variaciones anatómicas
del diámetro del iris son inferiores a 1 mm; este parámetro debe medirse con
una luz tenue y con una gráfica para visión de cerca. La desigualdad verdadera
en el tamaño de las pupilas (anisocoria) se debe a medicamentos, lesiones
traumáticas, inflamación, glaucoma de ángulo cerrado, isquemia, parálisis del
músculo esfínter-pupilar (dilatado) y de los músculos dila-tadores de la pupila
(constreñidos), síndrome de Horner, lesiones neuronales (pupila de Argyll Robertson)
o, casi siempre, variaciones fisiológicas.
Información de… https://goo.gl/YQMBb2
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